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Un niño palestino de 9 años lucha por su vida tras recibir un disparo en la cabeza

Un niño palestino de 9 años lucha por su vida tras recibir un disparo en la cabeza

Los médicos aún no han removido los fragmentos metálicos de su cabeza

Abed Shtawe, de 9 años y casi inmóvil en una cama de hospital, lagrimea por el ojo izquierdo mientras tiene el derecho cubierto, junto a buena parte de su frente, por una venda que le cubre la herida que le produjo hace dos semanas un disparo mientras jugaba en el patio de su vecino, a 300 metros de una protesta que el Ejército israelí intentaba contener.

Fue alrededor de las dos de la tarde del 12 de julio. Abed acababa de comprar unos dulces en una tienda cerca de su casa y estaba jugando con un trozo de madera junto a dos amigos en el patio de la casa ellos.

Ese viernes, como todos los viernes desde hace ocho años, los habitantes del pueblo Kfar Qadum, en Cisjordania ocupada, salieron a manifestarse por el cierre  de la principal carretera que llega desde Nablus, la ciudad más cercana.

Según explicó un oficial del Ejército a Efe, la cifra de manifestantes rondaba los 60, muchos de ellos con sus rostros tapados y el comportamiento «más violento de los ocho años» de protestas, lanzando piedras con hondas y neumáticos incendiados hacia las fuerzas israelíes, que intentaban «detener a los manifestantes e impedir que se acercaran a la comunidad israelí lindante», en el asentamiento de Kedumim.

A dos semanas del impacto que recibió en la frente, los médicos aún no han removido los fragmentos metálicos de su cabeza que, según indican sus estudios, han causado daño a importantes arterias cerebrales.

Abed yace en la cama con la mirada perdida, casi sin pestañear con el ojo que tiene abierto. El pecho se le infla y desinfla y genera un fuerte ruido que se mezcla con el de las máquinas desde donde salen los tubos que tiene conectados a la nariz, pies y pecho.

«Los médicos dicen que la recuperación tomará mucho tiempo y no saben qué pasará con él», explica su tío Omar, que habla hebreo y ayuda a Yaser a comunicarse con los médicos. «Hay que llevarlo muy despacio y habrá mucho trabajo que hacer cuando se despierte», agrega.

Fuente: EFE 

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