Estilos de vida

Descubren la causa de numerosas deformidades en el hombre antiguo

Descubren la causa de numerosas deformidades en el hombre antiguo
Descubren la causa de numerosas deformidades en el hombre antiguo

Un estudio revela al menos 75 anormalidades en los esqueletos de 66 individuos del Pleistoceno

Una investigación arqueológica reveló una inusualmente elevada cantidad de deformidades de nacimiento entre los humanos del Pleistoceno —los ancestros directos del hombre moderno— que pudieron haber sido causadas por la práctica desenfrenada del incesto en ese periodo, informa la revista Science Magazine.

El estudio, publicado este lunes en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), se basó en el análisis de los restos óseos de 66 individuos hallados en Eurasia y el Medio Oriente en los cuales se detectó al menos 75 anormalidades.

Entre los defectos encontrados se detallan fémures con una curvatura anormal, cráneos hinchados a causa de la hidrocefalia —una enfermedad que se caracteriza por la acumulación de fluidos en el cráneo—, así como esqueletos asimétricos con uno de los húmeros curvados.

El complejo de las pirámides de Guiza en Egipto. Cerca de las dos terceras partes de las deformidades descubiertas ocurren con una frecuencia menor al 1 % en los humanos modernos, detalla Erik Trinkaus, experto en paleoantropólogía de la Universidad de Washington en San Luis (Misuri, EE.UU.) y autor del trabajo. Alrededor de una quinta parte de los defectos es desconocida para la medicina moderna.

Si bien el alto nivel de estrés que marcó el estilo de vida de los cazadores-recolectores del Pleistoceno pudo haber sido uno de los factores que causó estas anormalidades, los expertos señalan el carácter hereditario de las mismas, lo cual apunta, a su vez, a la endogamia como una de las causas principales de mutaciones genéticas responsables de esos defectos.

«Entre todos los argumentos propuestos», la descendencia de padres cosanguíneos «parece ser la explicación más probable», afirma Hallie Buckley, bioarqueóloga de la Universidad de Otago (Nueva Zelanda), en relación al estudio realizado por Trinkaus.

FUENTE: RT 

Más contenido por Redacción CDN

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