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El niño Gabriel, Emely Peguero y un hombre que consiguió visa: las coincidencias de tres crímenes

Las mujeres acompañaron a familiares en en la búsqueda de los desaparecidos

Santo Domingo, RD.- Los más recientes crímenes que han estremecido al país por la manera macabra en que han sido escenificados tienen al menos dos elementos vinculantes, el hecho de que las tres principales sospechosas son mujeres, que los cadáveres fueron ocultados y que todas acompañaron a los familiares de las víctimas en la búsqueda de los desaparecidos como si no sabía nada de lo que había pasado.

Se trata de los asesinatos de la adolescente embarazada Emely Peguero, el de un hombre en San Pedro de Macorís que fue hallado muerto tras conseguir visa estadounidense y el del niño español Gabriel Cruz, cuyo cadáver lo encontraron el pasado domingo. Los dos primeros casos nacionales y el último de connotación internacional por haberse registrado en España, pero en el que también figura una dominicana como principal sospechosa por el crimen.

Si se retrocede al 28 de agosto de 2017, al repasar los datos del caso Emely, se recuerda que la principal sospechosa por el crimen, Marlin Martínez ofreció una rueda de prensa junto a su hijo Marlon Martínez en la que se mostraba preocupada por la desaparición de la joven embarazada que tres días más tarde sería encontrada sin vida dentro de una maleta. En los meses posteriores las confesiones del caso apuntarían hacia Marlin como una de las personas que participó en el crimen, al igual que su hijo.

En un caso más reciente, el pasado 23 de febrero una mujer supuestamente mató a su esposo al enterarse que consiguió visa estadounidense y posteriormente salió junto a familiares a buscar a la víctima como si no sabía nada.

Se trata de Ángela Álvarez, una mujer de 40 años de edad que posteriormente fue señalada por un primo como la autora intelectual del crimen. El familiar de la dama declaró a la Policía que por órdenes de ésta llevaron al hombre en un carro próximo al cementerio del municipio Ramón Santana, donde lo asfixiaron y lo enterraron.

Y para completar la trilogía de crímenes estremecedores, hasta el pasado domingo una dominicoespañola identificada como Anan Julia Quezada buscaba junto a familiares e incluso portaba una camiseta con el rostro del niño Gabriel Cruz y la frase “Todos somos Gabriel”. Este martes ella misma confesó a las autoridades españolas que mató al niño tras una discusión acalorada.

El modus operandi y la crueldad como detonante en los tres casos ha llevado a especialistas de la conducta humana a la conclusión de que el cambio en los patrones de crianzas en los hogares es lo que ha generado que se cometan crímenes atroces, como los que hemos vistos recientemente.

Más contenido por Samuel Guzman

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